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lunes, 3 de octubre de 2016

Las almas en los pueblos



Todos han tenido alguna experiencia sobrenatural, y quien no, que mala suerte tiene. La historia narrada a continuación trata sobre una experiencia fantasmal  inofensiva vivida por la señora Norma, una mujer natal de un pueblo. Pueblos… lugares llenos de misterio y esencia paranormal.

Norma puede estar de acuerdo con lo anterior, pues sabe que al vivir en un pueblo, uno debe estar acostumbrado a todo lo paranormal que pueda suceder. No recuerda bien la edad, pero tenía aproximadamente doce años. Vivía en aquel pueblo, San Antonio Guaracha, Michoacán. En ese lugar, durante el mes de mayo, se acostumbra hacer rosarios por las calles a las cinco de la mañana, debido a los eventos sobrenaturales que ocurren en el lugar. Uno mismo ya debe imaginarse lo alarmante que es la situación para dedicar unas horas de rezo a lo desconocido.

Uno de aquellos días, su madre la despertó a ella y a sus hermanas para ir a uno de los rosarios, aunque Norma no se levantaba, simplemente no quería ir, mucho menos con el frío que hacía afuera a esas horas de la madrugada. Tras estar insistiendo con sus berrinches, la dejaron en paz y aceptaron dejarla descansar en casa, al fin que su padre también se quedaba a seguir durmiendo; ese hombre prefería rezar desde su cuarto de vez en cuando.

A los veinte minutos de que todos se fueron, Norma se levantó para ir al baño, pero cuando abrió la puerta vieja de la recámara, frente a ella había un hombre con una vestimenta de soldado. Era demasiado delgado, de una piel morena y cara alargada, portando su rifle en brazos. La presencia no hacía nada más que mirarla fijamente; y ella, después de estar paralizada, contemplándolo por un tiempo, reaccionó y corrió a buscar a su padre a la recámara. Lo despertó explicándole que había alguien allí en casa. El hombre reaccionó de inmediato notando a Norma totalmente asustada. Se levantó, tomó su pistola y salió a ver quién era. Se llevó la sorpresa de que ya no había nadie. Un poco confundido, le preguntó a Norma cómo era aquel soldado, y tras la temblorosa descripción, su padre entendió de qué se trataba. Le reveló que era un hombre del pueblo, el cual había participado en la Segunda Guerra Mundial, pero como ya era evidente, había fallecido.

Muchos rumoreaban en aquel lugar que cuando un alma se te presentaba en frente, era porque quería entregarte las monedas de oro que habían sido enterradas durante la guerra, pues de no lograrlo, no podrían descansar en paz.


Desde aquella vez, a Norma no le quedaron ganas de volver a faltar a los rosarios. Para aquel pueblo era importante rezar por todo aquello que sobrepasa su entendimiento, pues es verídico que han presenciado más que solo almas en pena. Pero esas son otras historias que quedarán guardadas en el lugar. Solo pregúntate, ¿Tú podrías dormir rodeado de almas, criaturas, demonios, y animales parlantes?

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